En esta etapa el niño quiere reafirmar su independencia y experimentará grandes cambios intelectuales, emocionales y sociales que lo ayudarán a explorar y entender el mundo y a construir de a poco su autonomía.
Desarrollo socio-emocional.
El niño de dos años comienza a atravesar la etapa anal, teniendo en cuenta la teoría de la sexualidad de Sigmund Freud. Se inicia en la etapa del control de esfínteres, importante en relación a la adquisición de su independencia e integración de las normas sociales. Por lo cual esta edad el niño se caracteriza por volverse caprichoso y agresivo con los objetos, los agarra, tira, golpea, encontrando mucho placer en ello logrando así su relación con el adulto al que ama.
Descubre sus destrezas y autonomía, las cuales dan lugar a necesidades nuevas sin deshacerse de las anteriores. Comienza a clarificar lo suyo y a sentir interés por la propiedad de las cosas y de las personas para poder diferenciarse claramente él de los demás, teniendo un sentido más claro de sí mismo pero sin dejar de lado el egocentrismo y su posesión.
Defiende y obedece sus propios impulsos, y no es fácil de persuadir. Reivindica sus derechos a la independencia, reclamándola vigorosamente. Necesita que le pongan límites, aunque se enoja mucho frente a esto y no quiere aceptar que regulen su conducta desde afuera. Cuando éstas puestas de límites son realmente fuertes aparecen los “berrinches” y expresa sus sentimientos de manera violenta y descontrolada.
Es común que este niño deposite en las demás personas sus errores, principalmente en su madre, en la cual también destina todo su amor. Necesita de su padre, no sólo como modelo de identificación, sino también para recurrir a él cuando siente que su madre le falló. A la vez le cuesta compartir a uno de sus padres con otro por su fuerte sentido de posesión. Necesita constantemente que le reafirmen el afecto, que lo calmen y le muestren una mejor manera de expresar sus sentimientos.Según la teoría del apego de Bowlby: Se encuentra sobre el final de la etapa de la constitución del apego. Busca el mantenimiento de la proximidad hacia la figura discriminada, tanto mediante la locomoción como a través de señales (en general la madre o su sustituto materno).
Por último el niño comienza en esta etapa su identificación como ser sexuado. Con la posibilidad de reconocerse como integrantes de un género u otro en la cultura donde están insertos.
Desarrollo Cognitivo.
El niño de dos años deja atrás la etapa sensorio- motora para entrar en la etapa pre-operacional, teniendo en cuenta la teoría psicogenética de Jean Piaget. Su pensamiento es totalmente egocéntrico, con predominio de la autorreferencia. Aunque poco a poco podrá ser capaz de tener en cuenta puntos de vista distintos al suyo e incluirlos otros en su pensamiento. Le cuesta compartir sus pertenencias y es incapaz de ponerse en el lugar del otro.
Aparece la representación y la función simbólica. Por la cual es capaz de crear símbolos que le otorgan significado al mundo que lo rodea. Así el niño comenzará a imitar indirectamente dando lugar al juego simbólico en el cual es capaz de jugar evocando al objeto real de referencia sin necesidad de que se encuentre presente. Así construirá con libertad y espontaneidad símbolos, para expresar todo lo que no puede manifestar su experiencia vivida por medio del lenguaje verbal.
En esta etapa se estructura el universo, en cuanto a sus nociones de causalidad y de tiempo. Para esto es necesario que el niño posea una rutina y repita actividades y secuencias didácticas dentro de la sala.
Puede mantener su atención por períodos cortos de tiempo. Explora, observa e investiga a través de la acción. Es capaz de planificar con anterioridad actividades de cierta complejidad. Relegar una idea o actividad mientras realiza o piensa otra cosa.Comienza a asociar ideas de un modo más evidente y a entender conceptos como “uno” o “muchos”.
El niño se encuentra en pleno proceso de adquisición del lenguaje. Las palabras tienen un valor simbólico porque representan al objeto en su ausencia. Es capaz de pedir lo que quiere con palabras. Continúa en la etapa locutiva del lenguaje, habla en forma de monólogo. Apareciendo en esta etapa los monólogos colectivos.
De a poco empieza a formar frases cortas. No utiliza artículos y preposiciones pero construye mensajes con sentido.
Con respecto al dibujo comienza su evolución gráfica pasando de los grafismos descontrolados a realizaciones cada vez más complejas. Comenzando a resolver los primeros cerramientos de formas. Empieza reconocer y a considerar el tamaño y la forma del soporte sobre el cual trabajan. Aparece un primer reconocimiento de los colores, diferenciando uno de otros aunque no los puedan nombrar.
Desarrollo psicomotriz.
En esta etapa el niño adquiere mayor equilibrio en sus diversas posturas adoptadas. Camina con paso redondo y puede correr de manera poco armónica y económica. Tiende a correr el máximo posible y sin ningún control. Ésta capacidad de equilibrio evoluciona desde la posibilidad de mantenerse sobre un pie en el suelo, hacia la posibilidad de hacerlo sobre una superficie amplia.
La cuadrupedia y el reptar son otra de las formas del desplazamiento de un niño de dos años, podrá hacerlo con el apoyo de sus rodillas. También puede ascender y descender escaleras. El salto se encuentra relacionado con esta actividad. El niño ya es capaz de dar giros y rodadas sobre su eje longitudinal del cuerpo. Puede sentarse en cuclillas y jugar en esta posición. Es capaz de traccionar su cuerpo para trepar a diferentes objetos y de suspenderse y balancearse. Aparece la carrera y de a poco adquiere la capacidad de freno inhibitorio que le permite correr y detenerse para recomenzar.
Entre las habilidades motoras de tipo manipulativo que puede alcanzar se encuentran: los lanzamientos de objetos al aire y la posibilidad de recibirlos. También puede golpearlos, transportar aquellos que son livianos y de un volumen adecuado de acuerdo al tamaño de sus brazos.
En relación al espacio se mueve de un lugar al otro explorando las diversas formas a través del movimiento y el juego. Orienta su accionar en relación a su propio cuerpo, los objetos y comienza a hacerlo respecto de los otros. También comienza a comprender las nociones de adentro, afuera, arriba, abajo, cerca, lejos, juntos, separados.
La mayoría de los movimientos aprendidos por el niño permanecen en el estadio de la coordinación global. Comenzando a desarrollar su motricidad fina.
Respecto al dibujo algunos niños comienzan a tener más dominio de sus movimientos de brazos, manos y dedos y una coordinación entre sus manos y su vista. Esto le permite a tener grafismos más controlados.
Dibuja tanto en el plano horizontal como el vertical; a su vez es diferente el despliegue motriz que realiza, siendo tan importante uno como el otro. El dibujo además es una de las capacidades de tipo cognitivo que el niño adquiere a partir de esta edad.
Es capaz de lavarse las manos, vestirse, comer e ir al baño solo pidiendo ayuda cuando lo necesita.
Bibliografía consultada:
- Gerstenhaber,C . John Bowlby y la teoría del apego. "El mundo del bebé, las necesidades emocionales de los más pequeños." Buenos Aires. Novedades Educativas. 2001
- Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Secretaría de Educación. "Diseño curricular para la educación inicial. Niños de 2 y 3 años." Buenos Aires. 2000.
- Jean Piaget, Bärbel Inhelder. "Psicología del niño". Ediciones Morata. 1997
- Harry Hochstaet. "Aprendiendo de los chicos en el jardín de infantes". Capítulo 4. Paidós. 2004.
- "El jardín Maternal I". Enciclopedia práctica pre-escolar.
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